Yo soñaba, cada día, poder alcanzar la playa...
y ahora está tan cerca... Casi ya la puedo oler.
Y espero, cada vez, más próximo el final...
ya puedo sentir tierra seca tras la arena mojada.
Y no me da la gana de pensar que nada es para siempre.
Si esta canción se acaba... que acabe el mundo para todos.
Todos somos nada.
Sin las palabras, dime ¿qué nos queda...?
Y vuelven algunas rimas a mi mente cansada,
partes de guiones que creía olvidadas...
Melodías que una vez pensé que iba a perder...
se tornan ahora bellas y valientes sinfonías.
Y hace tiempo que yo ya me fui, yo siempre me estoy yendo.
Pero siempre estoy contigo...
aunque a veces pienses que no hay nada.
Cuando me quedo mirando como si estuviera ausente...
es porque estoy viajando. No pienses que voy a perderme.
Sí, ya sé que el mundo seguirá girando
cuando ya no quede nada...
y nosotros vaguemos por la historia
como simples hombres solitarios,
reyes que perdieron todo...
Todo lo que tanto amaban por quererlo demasiado.
Y lo intento cada día. Ser todo lo que había imaginado...
Y me encuentro que la vida siempre tiene algo preparado
que supera cualquiera de mis fantasías...
nada comparado con lo que realmente sucedía.
Yo soñaba, cada día, poder alcanzar la playa...
Yo soñaba, cada día, poder alcanzar la playa...
Yo soñaba, cada día, poder alcanzar la playa...
Yo soñaba, cada día, poder alcanzar la playa...
Cómo habéis podido observar, se trata de una canción que obviamente no me pertenece.
Pero a veces es curioso cómo en unos pocos minutos se puede plasmar tanto, como te puedes ver reflejado tras unos acordes y una voz...
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