Volando y naufragando a la vez,
a veces tan bien bajo resguardo
y otras, matando por matar
en un lugar diferente al de ayer.
Siempre hice «ojos» sordos a todo
aquel que me gritaba lo evidente;
Pero cuando andas ciego de felicidad,
la vida se vuelve demasiado invisible.
Solo puedo sonreír al pasado,
sin dejar que se me escape ni un
suspiro de amor hacia el futuro.
Todo tan cerca, todo tan lejos.
Aquí no cabe ni una gota de rencor,
hace poco me vacié, del todo,
buscando llenarme con lo que de verdad importa,
que no es otra cosa que felicidad.
Vértigos y otras Drogas © 2024.
Hecho con mucho amor.